Henry David Thoreau y los fondos buitres

El otro día me topé con una cita de Henry David Thoreau en un libro sobre Henry Ford. Parece que Ford tenía grabado en su oficina la frase de Thoreau: “Corta tu propia leña y te calentaras el doble”, me pareció genial. La pensé como esas frases disparadoras que permiten reflexionar sobre el valor de Hacer para ser Independiente. También de la sustitución de importaciones.

Al principio creí que Thoreau había sido un presidente de los EEUU. Nada más lejos de la verdad, un error propio de mi ignorancia. Pero como no estaba seguro me puse a investigar y me encontré con un personaje singular, Henry David Thoreau, que me llevó a otro personaje, John Brown, el abolicionista.

La vida de estos dos hombres está íntimamente asociada en su lucha contra la esclavitud en la primera mitad del siglo XIX.

Brown fue ahorcado en 1859 y, paradójicamente, en 1861 se inicia la guerra civil norteamericana que decidió la libertad de los esclavos en EEUU.

Tal vez no fue una paradoja. Tal vez fue la chispa que hacía falta, el sacrificio humano necesario, la injusticia máxima injustificada, para desencadenar una toma de conciencia que permitiera a la población de esa nación naciente iniciar un camino hacia otra mirada del mundo y de sus congéneres, ¿quién sabe?.

Lo cierto es que como una especie de Schindler, el de la Lista, un grupo de estadounidenses crearon un sendero de la libertad, undergrown railroad lo llamaron, ayudando a esclavos a escapar hacia Canadá a través de los estados del Sur y del Norte. Algo en contra de las leyes estadounidenses de entonces.

Ambos, Thoreau y Brown promovían la desobediencia civil ante estas injusticias.

Thoreau fue puesto preso por negarse a pagar impuestos que iban destinados a la Guerra contra México. En prisión Thoreau escribió “Desobediencia Civil (1848)” una conferencia donde el autor llama a ser conscientes de los actos individuales por sobre los legales. Dice Henry David:

 

“¿Debe el ciudadano renunciar a su conciencia, siquiera por un momento o en el menor grado a favor del legislador? ¿Entonces por qué posee conciencia el hombre? Pienso que debemos primero ser hombres y luego súbditos. No es deseable cultivar tanto respeto por la ley como por lo correcto. Se ha dicho con bastante verdad que una corporación no tiene conciencia, pero una corporación de hombres conscientes es una corporación con conciencia. La ley jamás hizo a los hombres ni un ápice más justos;…” 

 

Tremenda sentencia debo decir.

Y acá es donde caemos en nuestra vida cotidiana. Acá en Argentina, donde centenares de voces nos apremian cada día a hacer caso a lo pactado, aunque sea leonino, aunque nos condene y condene a nuestros hijos. Pactado por personas que no fueron conscientes. Decenas y centenas de ¿argentinos? cada día dicen que tenemos que pagar a los fondos buitres (con minúscula por favor, no se merecen la cápita) porque así lo dicen en alguna parte, aunque nos cueste la vida.

Las cosas pueden ser cambiadas, y si son injustas, deben ser cambiadas y ser llevadas hacia la justicia. No se trata de la ilegalidad, se trata de lo correcto. Argentina propone pagar lo mismo que la mayoría ha aceptado, un principio democrático podríamos invocar. Pero no, solo pedimos ser correctos. Lo que reclamamos es salir de la esclavitud.

Se los digo con todas las letras, YA HEMOS SIDO ESCLAVOS DEMASIADO TIEMPO DEL SISTEMA FINANCIERO INTERNACIONAL LIDERADO POR EL FMI Y LA BANCA INTERNACIONAL. Cada vez que volvían de una reunión con el BM o el FMI y nos decían que habíamos “arreglado” y nos prestaban para pagar “los intereses”, desde que tenía 17 años, se me revolvía el estómago.

El problema es que no tenemos a donde ir si construimos un “sendero de libertad”, como John Brown y otros, o creemos que Masa o Binner o Sanz van a construir ese “undergrown railroad”. ¿A dónde iríamos, al África? “Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente”, Gieco dixit.

Escalabrini Ortiz dijo hace bastante tiempo que era necesario salir del “carro perverso del interés compuesto”, bueno, si para eso hace falta la desobediencia civil frente al Juez Griesa, recurramos a ella, porque les aseguro que el otro camino, el que proponen los otros, en este tema, el de los reclamos de los fondos buitres, es el camino equivocado. Se trata de un desafío que tenemos que asumir como pueblo, como pueblo que supo luchar por su independencia y tal vez tengamos que recuperar los antiguos versos de nuestro himno mutilado:

¡Oíd, mortales!, el grito sagrado:

¡libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!

Oíd el ruido de rotas cadenas

ved en trono a la noble igualdad.

Se levanta a la faz de la Tierra

una nueva y gloriosa Nación

coronada su sien de laureles

y a sus plantas rendido un león

 

Y por supuesto no ver en este león a la hoy apesadumbrada península ibérica, sino a los fondos permanentes de Albión.

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