¡Y un día, dejaron de planear!

Contrariamente a lo que en general se piensa, el buitre no es un ave específica, sino un conjunto de aves. Nos enteramos así que si bien se parecen, con su cabeza y cuellos pelados, sus cuellos blancos tupidos, pertenecen a especies diferentes totalmente. No voy a presumir con nombres científicos que apenas distingo, pero en Europa y en América se trata de animales diferentes. Incluso en cada continente, porque están en todos los continentes menos en la Antártida, existen varias especies de buitres.

Sin embargo sus costumbres son similares.

Vuelan a grandes alturas, planeando, como los cóndores, buscando su alimento, en general se alimentan de animales muertos, pero si tienen hambre son capaces de cazar pequeños alimañas o ultiman a animales moribundos, o dejados así por otros animales.

Es en esos momentos que dejan de volar en círculos para posarse alrededor del cadáver y darse un festín entre todos.

Son animales pacientes. Muy pacientes.

Así se comportan los fondos buitres. Esperan a su presa.

Nosotros somos su presa.

En este juego de analogías, se puede decir que los buitres no son estrictamente el último eslabón de la cadena alimentaria, pero son el eslabón que nos toca ahora y nos quieren morfar.

Pero hubo otros eslabones, algunos de los cuales nosotros convocamos voluntariamente a que formaran parte de la cadena, que estuvieron antes.

Los mayorcitos nos podemos acordar de los petrodólares, ese enorme flujo de dinero que se nos ofreció a los países del sur a “bajos intereses”, que luego se transformaron en más altos intereses cuando se renegociaba  y luego el riesgo país encarecía aun más ese interés y en fin, la usura continuó con la Junta Militar y Martínez de Hoz con su Tablita, Sourrouille y su Plan Austral, Cavallo y convertibilidad por supuesto omnipresente, con Redrado de compañero, a no olvidarse

ahora que lo invitan a criticar, todos estos son locales, pero respondieron a conceptos foráneos.

Un lugar especial tiene el “eslabón” FMI, que acompañó impulsando todo este proceso de endeudamiento que nos mandó al Default o Cesación de pagos en su momento y que nos volverá a enviar al mismo cajón de los recuerdos, porque habiendo caído en esa instancia con anterioridad, siempre existe cierta tendencia a recorrer el mismo camino.

 Los buitres tienen, aliados funcionales. Por ejemplo los leones. Ellos cazan a la presa y lo que queda se lo comen los buitres. Por eso estos son carroñeros, limpiadores de huesos. Los leones vienen a ser los jueces, o tal vez la Corte Suprema de Justicia de los EEUU. Fuimos en busca de Justicia y nos dieron el zarpazo final. Nos mandaron al final de la cadena alimentaria. Quieren que seamos carroña. “Es el Derecho Idiota”, me dicen parafraseando al asesor de Clinton. Pero ¿qué derecho le cabe a un Fondo que invirtió 10 que le hace percibir 1000 al cabo de 2, 3 o 5 años? ¿Qué locura es esta?

Si se cumpliera con el fallo del Juez Griesa tendríamos que entregar todos los bienes de la Nación, de nuestra Nación. Y nuestras casas y los automóviles de los que critican al Gobierno a diario, y la ropa de los que apoyan al Gobierno y la pelota del mundial y hasta a Messi. Y seguro que aun así deberíamos dinero. Algo habrá que hacer. Algo muy duro.

Porque otra característica de los buitres es que su vuelo, como un verdadero What’s App grupal, genético e instintivo, atrae a otros buitres. Y todos descienden sobre la presa a tomar su parte, hasta que de ella no quedan más que huesos.

Nuestros huesos.

 

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